Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

jueves, marzo 29, 2012

miércoles, marzo 28, 2012




Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es el día.

Miguel Hernández
30 de octubre 1910 - 28 de Marzo 1942


Fotografía: Katarina Sokolova
.

jueves, marzo 22, 2012

miércoles, marzo 21, 2012

.

.
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
.
Rima LIII
Gustavo Adolfo Bécquer
.

martes, marzo 20, 2012


.
Mi padre, mi querido padre… cuánto le echo de menos...
Me siento tan agradecida por sus enseñanzas, por su ejemplo de persona buena, trabajadora y honrada...

Debido al ambiente social tremendamente violento que me ha rodeado desde mi nacimiento, agradezco tanto su defensa por las libertades, por el respeto al diferente y por su lucha hasta su muerte contra la violencia y el asesinato como arma totalitaria de sometimiento…

Es dulce su recuerdo aunque llore…

Palabras para Julia...
 .
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo

domingo, marzo 18, 2012

 .
Paco Valladares
1935-2012
.

.

miércoles, marzo 14, 2012

.
Artista del mes...
.

.
Edgar Degas
París 1834 - París 1917
.
Autorretrato, 1857-1862
 .
 La violación, 1868-1869
.
Retrato de Mlle. Marie Dihau, 1869-1872
.
La planchadora, 1869
.
La pedicura, 1873
.
Ensayo del ballet, 1874
.
El profesor de ballet, 1876
.
Café-Concierto en el Ambassadeurs, 1877
.
 Fin de arabesco, 1877
.
Bailarina sentada, 1879-1880
.
Retrato de Mary Cassatt, 1884
.
Mujer peinándose, 1887-1890
.
Paisaje con costa escarpada, 1890-1892
.
Paisaje a la orilla del mar, 1892
.
Mujer secándose el cuello, 1898
.
Cantante en verde. Finales XIX
.

domingo, marzo 11, 2012

.
 Un ramito de violetas
Cecilia
.
J. William Waterhouse
 Sirena, 1900
.
.
Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche

te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra

del infinito mar viene tu asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo

tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.

Sirena
Mario Benedetti
.
.

sábado, marzo 10, 2012

.
.
.
Apolo y Dafne
.
Gian Lorenzo Bernini
Apolo y Dafne, 1622-1625
.
.
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!

Soneto XIII 
Garcilaso de la Vega
.
.
Antonio del Pollaiolo, 1431–1498
Apolo y Dafne
.
.
Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. 

Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria».
http://es.wikipedia.org/wiki/Apolo_y_Dafne
.
Paolo Veronés
Apolo y Dafne, 1575
.
Cornelis de Vos, 1584-1651
Apolo persiguiendo a Dafne
.
Francesco Gessi
Apolo y Dafne, 1625
.
.
"Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.

Él os quiere gozar, a lo que entiendo,
si os coge en esta selva tosca y ruda:
su aljaba suena, está su bolsa muda;
el perro, pues no ladra, está muriendo.
Buhonero de signos y planetas,
viene haciendo ademanes y figuras,
cargado de bochornos y cometas."

A Dafne, huyendo de Apolo
Francisco de Quevedo
.
.
Johann Bockhorst
Apolo y Dafne, 1640
.
Giovanni Battista Tiepolo
Apolo y Dafne, 1745
.
Théodore Chassériau
Apolo y Dafne, 1846
.
William Waterhouse
Apolo y Dafne, 1908

Las Metamorfosis
Libro I, Apolo y Dafne *fragmento
Ovidio
 
Del que más iba a hablar con tímida carrera la Peneia
huye, y con él mismo sus palabras inconclusas deja atrás,
entonces también pareciendo hermosa; desnudaban su cuerpo los vientos,
y las brisas a su encuentro hacían vibrar sus ropas, contrarias a ellas,
y leve el aura atrás daba, empujándolos, sus cabellos,
y acrecióse su hermosura con la huida. Pero entonces no soporta más
perder sus ternuras el joven dios y, como aconsejaba
el propio amor, a tendido paso sigue sus plantas.
Como el perro en un vacío campo cuando una liebre, el galgo,
ve, y éste su presa con los pies busca, aquélla su salvación:
el uno, como que está al cogerla, ya, ya tenerla
espera, y con su extendido morro roza sus plantas;
la otra en la ignorancia está de si ha sido apresada, y de los propios
mordiscos se arranca y la boca que le toca atrás deja:
así el dios y la virgen; es él por la esperanza raudo, ella por el temor.
Aun así el que persigue, por las alas ayudado del amor,
más veloz es, y el descanso niega, y la espalda de la fugitiva
acecha, y sobre su pelo, esparcido por su cuello, alienta.
Sus fuerzas ya consumidas palideció ella y, vencida
por la fatiga de la rápida huida, contemplando las peneidas ondas:
«Préstame, padre», dice, «ayuda; si las corrientes numen tenéis,
por la que demasiado he complacido, mutándola pierde mi figura».
Apenas la plegaria acabó un entumecimiento pesado ocupa su organismo,
se ciñe de una tenue corteza su blando tórax,
en fronda sus pelos, en ramas sus brazos crecen,
el pie, hace poco tan veloz, con morosas raíces se prende,
su cara copa posee: permanece su nitor solo en ella.
A ésta también Febo la ama, y puesta en su madero su diestra
siente todavía trepidar bajo la nueva corteza su pecho,
y estrechando con sus brazos esas ramas, como a miembros,
besos da al leño; rehúye, aun así, sus besos el leño.
Al cual el dios: «Mas puesto que esposa mía no puedes ser,
el árbol serás, ciertamente», dijo, «mío. Siempre te tendrán
a ti mi pelo, a ti mis cítaras, a ti, laurel, nuestras aljabas.
Tú a los generales lacios asistirás cuando su alegre voz
el triunfo cante, y divisen los Capitolios las largas pompas.
En las jambas augustas tú misma, fidelísisma guardiana,
ante sus puertas te apostarás, y la encina central guardarás,
y como mi cabeza es juvenil por sus intonsos cabellos,
tú también perpetuos siempre lleva de la fronda los honores».
Había acabado Peán: con sus recién hechas ramas la láurea
asiente y, como una cabeza, pareció agitar su copa.
.
Jakob Auer
Apolo y Dafne, 1688
.

martes, marzo 06, 2012

.
.
.

domingo, marzo 04, 2012

sábado, marzo 03, 2012

 .
“La pequeña Clara leía mucho. Su interés por la lectura era indiscriminado y le daban lo mismo los libros mágicos de los baúles encantados de su tío Marcos, que los documentos del Partido Liberal que su padre guardaba en su estudio. Llenaba incontables cuadernos con sus anotaciones privadas, donde fueron quedando registrados los acontecimientos de ese tiempo, que gracias a eso no se perdieron borrados por la neblina del olvido, y ahora yo puedo usarlos para rescatar su memoria. Clara clarividente conocía el significado de los sueños. Esta habilidad era natural en ella y no requería los engorrosos estudios cabalísticos que usaba el tío Marcos con más esfuerzo y menos acierto. 

El primero en darse cuenta fue Honorio, el jardinero de la casa, que soñó un día con culebras que andaban entre sus pies y que, para quitárselas de encima, les daba de patadas hasta que conseguía aplastar a diecinueve. Se lo contó a la niña mientras podaba las rosas, sólo para entretenerla, porque la quería mucho y le daba lástima que fuera muda. Clara sacó la pizarrita del bolsillo de su delantal y escribió la interpretación del sueño de Honorio: tendrás mucho dinero, te durará poco, lo ganarás sin esfuerzo, juega al diecinueve. Honorio no sabía leer, pero Nívea le leyó el mensaje entre burlas y risas. El jardinero hizo lo que le decían y se ganó ochenta pesos en una timba clandestina que había detrás de una bodega de carbón. Se los gastó en un traje nuevo, una borrachera memorable con todos sus amigos y una muñeca de loza para Clara. 

A partir de entonces la niña tuvo mucho trabajo descifrando sueños a escondidas de su madre, porque cuando se supo la historia de Honorio iban a preguntarle qué quería decir volar sobre una torre con alas de cisne; ir en una barca a la deriva y que cante una sirena con voz de viuda; que nazcan dos gemelos pegados por la espalda, cada uno con una espada en la mano, y Clara anotaba sin vacilar en la pizarrita que la torre es la muerte y el que vuela por encima se salvará de morir en un accidente, el que naufraga y escucha a la sirena perderá su trabajo y pasará penurias, pero lo ayudará una mujer con la que hará un negocio; los gemelos son marido y mujer forzados en un mismo destino, hiriéndose mutuamente con golpes de espada”

  Marc Chagall. El violinista verde, 1924
.

viernes, marzo 02, 2012

     .
...Decir adiós... La vida es eso.
    Y yo te digo adiós, y sigo...
    Volver a amar es el castigo
    de los que amaron con exceso.

    Amar y amar toda la vida,
    y arder y arder en esa llama.
    Y no saber por qué se ama...
    Y no saber por qué se olvida...

    Coger las rosas una a una,
    beber un vino y otro vino,
    y andar y andar por un camino
    que no conduce a parte alguna.

    Sentir más sed en cada fuente
    y ver más sombra en cada abismo,
    en este amor que es siempre el mismo,
    pero que siempre es diferente.

    Porque en el sordo desacuerdo
    de lo soñado y lo vivido,
    siempre, del fondo del olvido,
    nace la muerte de un recuerdo.

    Y en esta angustia que no cesa,
    que toca el alma y no la toca,
    besar la sombra de otra boca
    en cada boca que se besa...
.
Imagen: Anikout

jueves, marzo 01, 2012

 
 .
.
"Todas las frases en el libro de la vida, 
si son leídas hasta el final, 
van a terminar en una interrogación"

Fernando Pessoa
.

.
.
A los pies del Castillo de San Jorge se encuentra La Alfama
barrio de pescadores habitado ya por los visigodos
y que tiene el testimonio del anterior paso de los romanos
en sus ruinas del Teatro Romano.

Sus callejuelas empinadas,
 sus olores, sus rincones que fueron la cuna del fado,
esas melodías que expresan
la melancolía del cantar portugués
y que se funden con el colorido de sus vetustos edificios
hacen de este barrio la esencia de lo que de antiguo,
y decadente romanticismo
se puede ver en la bellísima Lisboa.
.
La Alfama,
qué enorme placer fue pasear por sus laberínticas calles...

.