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sábado, diciembre 22, 2012


 Palacio Altemps del Museo Nacional Romano, Roma. Siglo III a. C

Los doce trabajos de Hércules 

Hércules es el héroe mitológico por excelencia. Sus hazañas no sólo entretenían a los hombres griegos a modo de relatos épicos sino que simbolizaban otros aspectos que eran importantes para ellos, como la invariabilidad del destino y el crecimiento personal, convirtiéndose en un modelo a seguir.

Hércules era el hombre fuerte, semi-mortal criado bajo las tutelas de seres míticos y extraordinarios que forja su propio destino sin los yugos de los dioses. Él se enfrenta a las iras divinas cara a cara y sale victorioso, es conocedor de sus capacidades y está seguro de sí mismo, pero Hércules también es mortal, así que dispone de comportamientos humanos, ello lo hace más vulnerable a los ojos del hombre griego, pues el héroe también se equivoca. Ese aspecto le confiere un halo más humano, algo que los griegos conocen bien, pues toda su religión está basada en deidades antropomórficas donde se cuestiona la personalidad y actitud de los propios Dioses, las debilidades forman parte del carácter de éstos y se muestran en cada relato sacro.

Hijo de Zeus y de Alcmena, el dios se enamoró perdidamente de ella por lo que aprovechando la ausencia de su marido Anfitrión que estaba luchando contra los teleboides, tomó su forma engendrando a Hércules. Anfitrión a su llegada yació con su esposa por lo que igualmente engendró otro hijo, con unas horas de diferencia, al que llamaron Ificles. Cuando Hera se enteró, enfureció de cólera y sabiendo que Zeus le había procurado una fuerza física descomunal a Hércules, y que había predicho que éste sería rey de Argos, postergó el nacimiento de los niños hasta los 10 meses y adelantó el de su primo Euristeo, haciéndolo por edad heredero de la corona de Argos. La propia diosa intentó matar al bebé cuando contaba con ocho meses de vida poniendo dos serpientes venenosas en su cuna pero Hércules logró matarlas con sus propias manos.

La infancia del héroe fue la propia que se les encomendaba a los niños de la época, destacó por su fuerza y valor pero en cuestiones artísticas Hércules era nulo, por lo que en un ataque de ira mató a Lino, el maestro de lira por excelencia, por lo que Anfitrión le castigó obligándole a cuidar los rebaños hasta los 18 años en el monte Citerón. Fue ahí donde Hércules dio muerte a un león por orden del rey Tespis que estaba acabando con el ganado de la zona, mientras duró la empresa el héroe se hospedo en el palacio de este, yaciendo cada día con una de las cincuenta hijas que tenía el rey.

El día que Hércules acabó con el león tropezó en el camino con los emisarios del rey Ergino, un rey despiadado que hacía pagar unos tributos abusivos a Tebas, por lo que les arrancó las orejas y la nariz y las envió a modo de collar al rey, éste enfurecido inició una guerra contra Tebas, pero Hércules lucho del lado de este último, saliendo vencedor de la contienda y consiguiendo el favor del rey Tebano que agradecido le ofreció a su hija Megara.

Hera, encolerizada por los éxitos de Hércules, se apareció a Euristeo dándole órdenes explícitas de que impusiera a Hércules doce pruebas que no pudiera realizar, así fue como Hércules fue llamado a su presencia, al principio se negó pero consultó el oráculo que le indicó la necesidad de realizarlos, Hércules en un ataque de ira, y bajo los efectos del enloquecimiento que le envió Hera, mató a sus propios hijos. Al volver en sí se dio cuenta de su error y abandonando a su desconsolada mujer Megara, se puso bajo el yugo de la autoridad de Euristeo en Argos, iniciando los doce trabajos que le iba a encomendar.

Francisco de Zurbarán. Hércules luchando con el león de Nemea, 1634

1. Matar al León de Nemea y tomar su piel, que después llevaría en varios viajes

Esta bestia era hijo de Ortro y nieto de Tifón, fue educado y criado por la diosa Hera que lo situó expresamente en la región de Nemea para que acabara con la población del lugar cuando caía la noche, asesinando a cuantas personas se cruzaran con él, la prueba consistía en acabar con el animal, y lo cierto es que Hércules intentó acabar con éste lanzando sus flechas, pero el animal tenía la piel tan dura y era tan feroz y voraz que el esfuerzo fue inútil. Hércules entonces, cerró con rocas una de las salidas de la cueva del animal, lo acorraló dentro y utilizando sus propios brazos, lo asfixió. Posteriormente, arrancó su piel y se la colocó sobre sus espaldas y la cabeza a modo de casco, volviendo victorioso a Argos.

Fue de esta forma como se le representó en las cerámicas y esculturas griegas y romanas posteriormente, incluso Cómodo, el emperador, se disfrazaba de Hércules para expresar su fortaleza y su halo mítico en los espectáculos de gladiadores donde él mismo participaba.


Francisco de Zurbarán. Lucha de Hércules con la Hidra de Lerna, 1634


2. Matar a la Hidra de Lerma
Al igual que el león de Nemea, Hera crió a Hidra, una serpiente mitológica de nueve cabezas hija de Equidna y Tifón, era colosal en sus proporciones, sus escamas duras como el acero y su aliento era venenoso y mortal pues desprendía gases tóxicos, de hecho era mucho más peligrosa que el león, porque aunque Hércules cortaba sus cabezas, de cada herida brotaban otras dos multiplicándose el peligro, asimismo de la sangre que manaba y que caía al suelo crecían escorpiones.
Apoyado por su sobrino Yolao, Hércules le mando hacer un fuego en el bosque que les rodeaba, esto le permitió quemar con los troncos ardientes cada una de las cabezas que seccionaba, cicatrizando la herida e impidiendo que de nuevo crecieran otras. Viendo que la del medio era inmortal, la cortó con su harpe, y la enterró, colocando sobre ella una enorme roca.

En un primer momento Euristeo, quiso anular la prueba alegando que Hércules había hecho el trabajo con su sobrino, pero finalmente por las presiones la dio por buena.

Adolf Schmidt. Heracles cazando a la cierva de Cerinea


3. Capturar a la Cierva de Cerinea
Este animal era uno de los ciervos consagrados a la Diosa Artemisa, la cazadora, sus cuernos eran de oro y sus pezuñas de bronce y era tal su agilidad y velocidad que Hércules tardó un año entero en su empresa, el animal recorrió todo el mundo conocido hasta los Hiperbóreos, con lo que tuvo que recular, cobijándose posteriormente en Artemisio pero Hércules le clavó una flecha haciendo relativamente sencillo el apresarla y cargar con ella. A medio camino, el héroe se encontró con Artemisa y Apolo, que viendo que había apresado a un animal sacro quisieron darle muerte, no obstante Hércules inculpó del hecho a Euristeo y apiadándose de él, le dejaron marchar con el botín.


Francisco de Zurbarán. Lucha de Hércules con el jabalí de Erimanto, 1634


4. Capturar al Jabalí de Erimanto
El cuarto de los trabajos consiste en capturar, que no matar, a un jabalí enorme y muy feroz que vivía en el monte Erimanto, para hacerlo salir de su madriguera Hércules empezó a gritar obligándolo a huir hacia la zona de la montaña más cubierta de nieve. Ello hizo que el jabalí no pudiera huir tan fácilmente debido al espesor y que sus pezuñas se hicieran más pesadas. De esta manera le fue mucho más sencillo someterlo y llevárselo consigo. Cuando Euristeo vio la bestia huyó a esconderse diciéndole a Hércules que se deshiciera de él.

Francisco de Zurbarán. Hércules desvía el curso del río Alfeo, 1634


5. Limpiar los Establos de Augías en un día
Este episodio tiene como protagonista a un rey de la Elide en el Peloponeso, llamado Augías. Éste disponía de establos con una gran cantidad de ovejas y cabras de su propiedad, pero su avaricia era tal que no quería gastarse dinero en la limpieza de los establos por lo que los excrementos de los animales se amontonaban desde hacía años. Euristeu queriendo doblegar y ridiculizar a Hércules le obliga a limpiarlos. A cambio el rey le promete un tercio del ganado si logra limpiarlo todo, Hércules desvió los cursos de los ríos Alfeo y Peneo, y los dirigió hacia los establos limpiándolo todo. El rey quiso incumplir el pacto hecho con Hércules por lo que posteriormente inició una guerra contra él dándole muerte por su ofensa.

Alberto Durero. Hércules mata las aves de Estínfalo, 1500


6. Matar a las Aves del Estínfalo
En el sexto trabajo Hércules debe acabar con una plaga de aves (según algunos mitos provistas de alas, picos y zarpas de cobre) situadas en el lago Estinfalia en la Arcadia que están destruyendo los cultivos.

Para hacerlas salir de la espesura del bosque Hércules utilizó unas castañuelas proporcionadas por Atenea y fabricadas por el Dios herrero Hefesto, el ruido que emitieron las asustó por lo que emprendieron el vuelo alejándose de la protección de los árboles. Hércules con sus flechas envenenadas las fue haciendo caer una por una acabando con todas ellas.

Francisco de Zurbarán. Hércules lucha contra el toro de Creta, 1634


7. Capturar al Toro de Creta
El toro, muy presente en la cultura micénica forma parte del sexto de los trabajos. El animal fue un regalo hecho por Posidón al rey Minos que debía sacrificarlo en su honor, pero el rey desobedeció las órdenes por lo que el dios volvió loco a la bestia arrasando todo y todos cuantos tenía a su paso. Euristeo encomendó a Hércules a que le trajera el toro vivo, después de que el héroe viajara hasta Creta le solicitó ayuda al rey, pero éste se la negó, aunque le invitó a que lo hiciera por sí mismo. Hércules logró capturarlo y lo portó hasta Grecia cruzando el mar con el animal sobre sus hombros. Euristeo quiso ofrecerlo a Hera a modo de regalo, pero se negó en redondo a aceptar algo que viniera de las manos de Hércules por lo que fue dejado en libertad.

Gustave Moreau. Las yeguas de Diodemes, 1870


8. Robar las Yeguas de Diomedes
En esta ocasión Euristeo le encomienda la misión de traerle las yeguas del rey Diomedes de Tracia, hijo del dios Ares, y famoso por su crueldad pues a los caballos los alimentaba con carne humana. Para ello, Hércules mató al rey y lo descuartizó para alimentar a los animales y poder saciar su hambre, de esta manera le resultó mucho más sencillo apresarlos y llevarlos a Grecia consigo.


Liebig. El cinturón de Hipólita, 1927


9. Robar el Cinturón de Hipólita
La hija de Euristeo, Admeta deseaba tener el cinturón de la reina de las Amazonas, Hipólita, regalado por el dios de la guerra Ares. Hércules se dirigió a Temiscira y le solicitó a la reina que se lo diera, ésta aceptó gustosamente, pero la diosa Hera enfurecida por la facilidad, se disfrazó de Amazonas y sembró el rumor de que Hércules quería raptar a la reina, por lo que los hombres de Hércules y las guerreras amazonas iniciaron una batalla, que acabó con la vida de la reina en manos de Hércules.


Francisco de Zurbarán. Hércules vence al rey Gerión, 1634


10. Robar el Ganado de Gerión
Euristeo mandó a Hércules traerle los bueyes pertenecientes a Gerión, y que pacían en la isla de Eritrea.
Hércules después de atravesar Libia y el océano con la copa proporcionada por el dios Helio, llegó a la zona donde estaban los bueyes al cuidado de Euretión y su perro Ortro. Para hacerse con ellos el héroe tuvo que matar a ambos, pero el pastor que custodiaba el rebaño del Dios Hades estaba cerca, así que avisó a Gerión que Hércules había matado a su pastor y que huía con su rebaño. En vano el rey intentó darle muerte pues Hércules acabó con la vida del rey.



Peter Paul Rubens. Hércules matando al dragón del jardín de las Hesperídes,1635-1640


11. Robar las Manzanas del Jardín de las Hespérides
Cuando la diosa Hera se casó con Zeus, Gea, les regaló unas manzanas de oro, que Hera plantó en su jardín y que custodiaban las Hespérides con la ayuda de un dragón.

Euristeo mando a Hércules a que cogiera los frutos de Hera, para ello Hércules tuvo que vagabundear por diferentes lugares del mundo haciendo uso de la copa de Helio para poder localizar el jardín. En una de las incursiones liberó a Prometeo de su cautiverio y éste a modo de recompensa le instó a que encontrara al Titán Atlas que era quién soportaba el peso de la Tierra y el único que sabía donde estaba el jardín de las Hespérides.

Hércules llego a la región de los Hiperbóreos, encontrándose con Atlas. Para convencerle le dijo que él mismo sostendría el mundo liberándole de la carga mientras Atlas iba a buscar las manzanas. Así fue como Atlas volvió con las manzanas en sus manos, pero le dijo que él mismo iría a dárselas a Euristeo, Hércules viendo que sería condenado a cargar con la Tierra sobre sus hombros, engañó de nuevo al Atlante, diciéndole que por favor, sostuviera un momento el mundo mientras se colocaba una almohada en los hombros para protegerlos, Atlas cayó en la trampa y Hércules marchó con las manzanas. Finalmente como Euristeo no sabía qué hacer con éstas, se las regaló de nuevo a la Diosa, quién las volvió a colocar en su jardín.

Francisco de Zurbarán. Hércules y el cancerbero, 1634


12. Capturar en los infiernos a Cerbero
Este ser mitológico era un perro de tres cabezas que custodiaba las puertas del inframundo, donde residían las almas de los muertos y se encargaba de que no entraran los vivos ni pudieran salir los muertos. Euristeo, encargó a Hércules que le trajera al can, sabiendo de antemano que nadie podía salir del infierno. Zeus para esta empresa le pidió a Hermes, conductor de las almas, que acompañara a su hijo, Hércules por su parte se inició previamente en los misterios de Eleúsis y se puso camino a Tenaro, donde se creía estaba la puerta de entrada a los infiernos. Cuando llegó se encontró con Teseo encadenado, Hércules le liberó de sus cadenas y emprendió el camino. 
Frente al dios Hades le solicitó a Cerbero, pero Hades le instó a que fuera él mismo quién redujera a la bestia, y así lo hizo. Con sus enormes brazos, Hércules sometió al animal y se lo llevó a Euristeo, quién asustado obligó a Hércules a que se deshiciera de él. El héroe lo devolvió a Hades.


Zurbarán y "Los trabajos de Hércules"

Francisco de Zurbarán. Hércules separa los montes Calpe y Abyla, 1634


“Los trabajos de Hércules” es una serie mitológica que Francisco de Zurbarán creó para decorar el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro de Madrid. El palacio fue un conjunto arquitectónico de grandes dimensiones diseñado por el arquitecto Alonso Carbonel (1590–1660) y construido por orden de Felipe IV como segunda residencia y lugar de recreo (de ahí su nombre). Se edificó en lo que entonces era el límite oriental de la ciudad de Madrid. Hoy en día lo conocemos por los escasos vestigios que quedan de él y por los jardines del mismo, que hoy conforman el Parque del Retiro.

En 1701 los diez lienzos de la serie fueron inventariados sin autor, lo que sembró entre los investigadores la duda sobre su autoría. Unos pensaban que eran obra “del pintor de frailes” que se había adentrado en la plasmación de un tema profano y otros tan sólo le adjudicaban cuatro de las diez obras. La autoría de todas ellas no se atribuyó al pintor extremeño hasta 1945; el descubrimiento de unos documentos que recogían la transacción en la cual se pagaba la cantidad de 1100 ducados a Zurbarán por diez cuadros de los trabajos de Hércules, más dos cuadros del socorro de Cádiz, resolvía definitivamente quién había sido el autor de las obras.

Los cuadros “Hércules separa los montes Calpe y Abyla”, “Hércules luchando con Anteo” y “Muerte de Hércules, abrasado por la túnica del centauro Neso”, en realidad, no forman parte de los doce trabajos de Hércules ya que tratan de otras aventuras secundarias que le acontecen al héroe.

En el  “Hércules separa los montes Calpe y Abyla” el pintor recrea el momento en el que Hércules crea el estrecho de Gibraltar mediante la separación -o acercamiento, según algunos autores- de los montes Calpe y Abyla. La columna norte (antiguo Kalpe o «Calpe») es identificada con el peñón de Gibraltar (426 m). La identidad de la columna sur (antigua «Abila») ha sido disputada a través de la historia, siendo los dos candidatos más probables el Monte Hacho (204 m) en Ceuta y el Monte Musa (851 m) en Marruecos.
A través de este acontecimiento, que manifiesta la estrecha vinculación del semidiós con España, se recuerda la elevación de las dos célebres columnas hercúleas con el lema Non plus ultra, divisa que Carlos V convertiría en el emblema imperial de los Austrias. 
Esta aventura acontece cuando el héroe se disponía a realizar el décimo trabajo encomendado por el rey Euristeo.


Francisco de Zurbarán. Hércules luchando con Anteo, 1634


En “Hércules luchando con Anteo”, narra cómo Hércules dio muerte al gigante norteafricano Anteo cuando el héroe tenía que realizar el trabajo número once que consistía en robar las manzanas de oro en el jardín de las Hespérides.
Anteo, en su condición de hijo de Gea, diosa de la Tierra y de Posidón habitaba en Libia y obligaba a todos los viajeros que por allí pasaban a luchar contra él. Una vez vencidos y muertos, con sus despojos adornaba el templo de su padre. Mientras que Anteo tocaba la tierra era invulnerable pero cuando Hércules luchó contra él, consiguió derrotarle al levantarle sobre sus hombros y asfixiarlo entre sus brazos.


En el tercero de los lienzos “Muerte de Hércules, abrasado por la túnica del centauro Neso” el héroe recibe de su esposa, Deyanira, una camisa envenenada que le había entregado el centauro Neso con el pretexto de que, utilizada por Hércules, convertiría en aborrecibles a sus ojos al resto de las mujeres. La túnica, que le provocó un intenso dolor al entrar en contacto con su piel, acabó por estallar en llamas, abrasándole. Zeus, padre de Hércules, logró rescatarlo de las llamas y lo condujo hasta el Olimpo, donde le concedió la inmortalidad.


Los trabajos de Hércules simbolizan tanto el valor del héroe, y con él, el del Rey y la monarquía, como el triunfo de la Virtud sobre el Mal y la Discordia.
Dentro del programa general del Salón de Reinos, representaban las virtudes del rey de España y la identificación entre ambos personajes, mientras que los cuadros de batallas mostraban la práctica constante de dichas virtudes y sus gloriosos efectos en el mundo. Símbolo de la Fortaleza y la Virtud, Heracles o Hércules fue uno de los héroes más prestigiosos de la mitología griega y latina y, desde el siglo XVI, se identificó también con los reyes españoles de la casa de Austria, que se consideraban sus descendientes y se identificaban con Hércules Hispánicus.

La serie completa de procedencia real, pertenece en la actualidad al fondo del Museo Nacional del Prado.


Francisco de Zurbarán. Muerte de Hércules, abrasado por la túnica del centauro Neso, 1634

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